Antes de bajar de Noruegos, después de un pegue al Mocho, con mi hermano y Tony, le pedimos el clima a mi viejo, y por la respuesta, decidimos dejar todo arriba, y así bajamos con menos de 5 kilos en la mochila.
Dos días después salimos con Tony y Bauti, que se sumó a último momento, con el ambicioso objetivo de subir la Egger por la Martin - O’neill.
Así arrancamos el viernes 27, caminando hacia Noruegos. Después de varias horas llegamos al campamento, las piernas se sentían cansadas de haber bajado hacía dos días. En Noruegos nos encontramos con los ecuatorianos que ya habían intentado la Egger hacía unas semanas; ellos iban a la M. A. Vision, estaban indecisos, no sabían si dormir en el nevé o hacer la vía en un push.
El sábado 28 arrancamos a las 2:00 de Noruegos, media hora antes que los ecuatorianos. Empezamos a escalar de noche y en pocas horas alcanzamos mi punto más alto de otro pegue que había hecho en el invierno. De ahí, hago 3 largos más hasta llegar a la Titanic y le paso la punta a Bauti para que siga de primero. Seguían 3 largos mojados de hasta 6c, los primeros van bien y mientras estoy jumareando el segundo, escucho un grito, cuando miro para arriba veo a Bauti, que estaba escalando el próximo largo, volando en el aire con una laja bastante grande agarrada, me acerco a la pared y siento una parte de la laja pasar justo por detrás de mí. Rápido subo hasta la reunión y Bauti dice que está bien, descansa un rato y vuelve a escalar, el único problema fue que se le rompió un portaequipo del arnés, perdiendo unos guantes, su placa, varias cintas y los stoppers. Después de ese largo, quedaban solo 3 largos de IV° hasta el nevé.
En el nevé nos encontramos a los ecuatorianos que descansaban mientras nosotros preparábamos nuestra repisa para dormir y a las 20:00, cuando nosotros ya estábamos casi listos para dormir ellos comenzaron a escalar, sabiendo que al día siguiente iba a haber algo de viento, hasta las 15:00 que se pondría bastante fuerte.
Suena el despertador a la 1:00 del domingo, y tardamos aproximadamente 2 horas en arrancar a escalar, los primeros largos iban bien hasta llegar al 7b, el crux a nivel técnico, pero Bauti logra pasar bastante rápido. Los siguientes largos son todos en travesía lo que hizo que jumarear no sea tan rápido. Desde el final, vimos a los ecuatorianos rapelando la proa, nos dijeron que hicieron cumbre y nos dejaron los rapeles del hongo armados. Para cuando llegamos al gullot que marca el final de la travesía, ya había algo de viento, pero sí o sí tendríamos que hacer los próximos 3 largos para volver a la línea de rapeles. Bauti le pasa la punta a Anthony para que él haga toda la parte del hielo y mixto como lo habíamos planeado. Cuando empieza a escalar ya era pasado el mediodía, hace tres largos y llegamos a la línea de rapel, estábamos justo por debajo del hongo y un poco refugiados del viento, por lo que Anthoy encara el próximo largo.
Después de casi una hora terminó un mixto bastante duro, teníamos muchas dudas de si seguir o bajar, ya eran las 15:00 y el ruido del viento era constante y fuerte. Cuando llegué a la reunión, le dije a Tony que vaya un largo más y que solo si lo veía muy fácil que vayamos a la cumbre, a lo que arrancó a escalar desapareciendo por un túnel de hielo. Lo veo a Bauti y le grito que espere para subir a la reunión: pocos minutos después, Tony me grita que va a bajar, había llegado a menos de 30 metros de la cumbre pero el viento era tan fuerte que ya no podía subir.
Así comenzaron los rapeles, los primeros fueron bastante fáciles: fui yo adelante, eran todos verticales y de 60 metros. Sin embargo, en el último antes del nevé tuvimos que cortarle como 15 metros a una de nuestras cuerdas. Antes de las 19:00 ya estábamos en la repisa, armamos la carpa, cocinamos y nos hidratamos bien y a las 21:00 nos tiramos a dormir, con el despertador una hora después.
Nos despertamos muy cansados, nos preparamos y arrancamos. Los rapeles que quedaban eran los más complejos y seguía muy ventoso, esta vez fue Tony adelante, primero tocaba rapelar los cuartos, eran tumbados y con muchas lajas por lo que hicimos todos rapeles de 25 y 30 metros, llevó bastante tiempo, lidiando con el viento. Después un par de rapeles más verticales y llegamos a la cascada de Titanic, que incluso durante la noche corría bastante agua. Esta parte nos daba miedo ya que no la conocíamos, además de haber cortado la cuerda y perdido los stoppers para abandonar. Se hizo bastante larga, armando varios rapeles, abandonando friends y peckers. Para cuando amaneció, todavía no habíamos llegado al piso. Lo bueno fue que durante los rapeles, Bauti encontró sus guantes y su placa.
Llegamos de nuevo a Noruegos a las 9:00 y nos encontramos con los ecuatorianos, que nos dijeron que ya se habían preocupado por nosotros, y mientras nosotros nos preparamos para dormir una hora más, ellos arrancaron su descenso. Dormí por una hora abajo de una cueva hasta que me desperté con tres goteras, mi aislante y mi bolsa de dormir totalmente mojados. Ahí nomás desperté a los otros y lentamente nos preparamos para las últimas 7/8 horas de caminata abajo de la lluvia.
por Tom Odell, con Bauti Grego y Tony Walsh
@tomasodell23 @tonysgotacamera @bau_grego